24 ago 2008

La Casa de los dos soles en Malá Strana

En el mes de julio del 2008 he vuelto a pasear por la calle de Jan Neruda, en Malá Strana (Praga). Anteriormente lo había hecho en el año 1978. Conservo, de aquella época, un pequeño fragmento filmado, tanto de la calle Nerudova, como de la casa de Jan Neruda. Recuerdo que el día que la recorrímos, la calle, estaba practicamente vacía. Hoy (en el 2008), sin embargo, es un hervidero de gente.
(Nerudova78)(Nerudova2008)
Acabo de leer, también, los Cuentos de Malá Strana de Jan Neruda, y, en uno de sus capítulos, observo que afirma lo siguiente: "Mayor, sin embargo, habría sido la alegría de la luna si hubiera echado una mirada sobre los tejados de la calle Ostruha, y, especialmente sobre los de dos casas vecinas: la de los dos astros y la de la bodega profunda......Hace tres días –siguió diciendo Kupka- que se se han terminado las fiestas de San Vito y se han acabado los cantos, menos el de los ruiseñores. ¡Qué hermosura! Por ningún precio quisiera vivir en el barrio antiguo (Staré Mesto) " (Jeán Neruda. Cuentos de Malá Strana, pag.47, capítulo IV: Charla Nocturna).
Pues bien, me he enterado que la calle Ostruha, de la que Jan Neruda habla aquí, es hoy la calle que lleva su nombre, es decir: Nurodova. Me entero, también, que Ostruha significa en español "espuela" y que la calle se llamaba así, en tiempos de Neruda, porque allí residían fabricantes de espuelas.
Al pasear por esa calle, y, a pesar de que en ella existen casas maravillosas, yo buscaba, de nuevo, con ahinco la casa de los Dos Soles. Sabía que en este edificio, llamado así porque su fachada está ornamentada con dos soles dorados, vivió catorce años con sus padres, el poeta, escritor y periodista Jan Neruda. Según parece, el padre del futuro literato tenía en la planta baja una tienda. Allí el pequeño Jan se sentaba en la tienda sobre sacos de harina o de otros productos comestibles, escuchando atentamente los relatos de los tertulianos. Más tarde le servirían de inspiración para escribir Los Cuentos del Barrio Pequeño (Malá Strana).

[Ver Fotografías de Praga]

Un Teixo centenario

A las 10 de la mañana del 10 de agosto del 2008, Toni, Carpente, Buján y yo quedamos en reunirnos en Pontedeume para llevar a cabo una ruta cicloturista por las Fragas del Eume y hacer una visita al Monasterio de Caaveiro. Este recorrido ya lo he descrito en otro post.
Al finalizar el recorrido, ya de vuelta en Pontedeume, decido seguir yo sólo por el carril-bici y acercarme a visitar un teixo (tejo) centenario, situado en el paseo marítimo, y que, desde siempre, me había llamado la atención. El árbol es de grandes dimensiones, y, está rodeado por una valla metálica. Además, de su tronco, parte una escalera en espiral que permite ascender al mismo. En el post, del que he hablado anteriormente, os prometía enterarme de su historia y contarla aquí.
Pues bien, gracias a mi amigo José Antonio Carpente, he averigüado algunas cosas: El árbol (me cuenta) es un teixo (tejo) centenario. Pertenecía a la finca de la familia Tenreiro. Dicha finca abarcaba desde la carretera hasta el río de Esteiro (el que pasa bajo el árbol). Don Agustín Tenreiro describe el árbol a principios de siglo. Dice de él que tenía una glorieta en la planta baja con un banco circular en su perímetro exterior. De la glorieta partía una escalera de caracol hasta el primer piso que tenía una mesa circular adosada al tronco del árbol. El piso era de madera y estaba sostenido por las ramas del árbol. La escalera continuaba hasta el segundo piso situado en lo más alto del árbol y desde el que se contemplaba una magnífica vista de los alrededores. Este segundo piso tenía un cierre circular de un metro de altura formado por las ramas del árbol. Adosado a este cierre había un banco circular. El remate del árbol estaba podado en forma de bola, la cual daba una sombra parcial al segundo piso. Según parece este árbol fue testigo de tertulias literarias a las que alguna vez asistió algún escritor ilustre, creo que Valle Inclán estuvo allí, pero ya te lo confirmaré. Parece que este dato es cierto.
(1912)
(1981)
Por otro lado, en un artículo, firmado por Areses Vidal en 1952, se afirma lo siguiente: El tejo se compone de dos pisos altos y la glorieta o gran sombrilla de la planta baja. Ocupa su centro el tronco del árbol, de 1,20 metros de diametro. Sus grandes ramas dan una gran sombra que abarca unos 12 metros de diámetro. Por una escalera de caracol se sube al piso primero, en el cual, de antiguo, existe una mesa circular alrededor del tronco. Este piso tiene vistas al exterior a través de unos huecos entre machones vegetales, formados por las ramas del árbol. El segundo piso forma una especie de terraza descubierta, que sombreada en parte por la bola de la corona del árbol, tiene un antepecho de más de un metro de alto que la rodea y al cual se encuentra adosado un banco circular de madera. Areses Vidal, el que escribió este artículo, es botánico y, como tal, dice que prefiere que el teixo esté como está ahora. José Antonio Carpente, que aunque no es botánico, si es un matemático que ama la naturaleza, afirma que, aunque eso suponga un atentado a la integridad del teixo, preferiría que estuviera como estaba antes. Y yo estoy de acuerdo con él.
Como punto final no estaría de más recordar las palabras, (un tanto retóricas, pero acordes con la época), que a principios del siglo XX, pronunció Antonio Tenreiro, arquitecto y propietario del teixo de la Casa Tenreiro, en donde mostraba su deseo de que este insigne ejemplar fuese conservado para las generaciones futuras: "Y vivirá el árbol para entonces? Esperemos que Dios hará que así sea y que la propiedad del árbol se transmita a manos tan cuidadosas y que tengan por el mismo tanto interés y cuidado como hasta ahora cupo la suerte que así fuese, a través de sus varios siglos de existencia. Pueden vivir estos árboles de mil quinientos a dos mil años, y ello hace esperar que el de Pontedeume pueda aún seguir admirando a muchas generaciones sucesivas. ¡Así sea!" [Ver Vídeo]

18 ago 2008

Relatos en Castellano en la ciudad de Praga

Me he llevado una gran sorpresa visitando la Catedral de Praga. Hasta ahora uno estaba acostumbrado a escuchar, a lo guías de turismo, hablar, casi exclusivamente, en inglés. Pues bien, los tiempos han cambiado ya que, cada vez, es más frecuente escuchárlos hablar en castellano. Prueba de ello es este vídeo en donde se muestra la descripción que una guía hace, sobre un Relieve de Madera existente, en la Catedral de San Vito y, en donde se nos muestra tal como era la ciudad de Praga en el siglo XVII. No es por patriotísmo, pero, me encanta escuchar una lengua que domino estando fuera de mi país.

[Ver Fotografías de Praga]

16 ago 2008

Espectros en la ciudad de Praga

Un día, ya de vuelta al Hostal Papillón, en donde nos alojábamos, vímos, en una calle cercana a la Plaza Wenceslao, salir despavoridas a un grupo de chicas. Después de unos gritos histéricos, comenzaron a sonar unas risas desternillantes. Nos paramos a ver que sucedía y nos quedamos de piedra al observar que no mienten aquellos que siguen afirmando que los espectros siguen poblando Praga. Se dice, también, que los checos, desde siempre, fueron entusiastas de las imitaciones. En este sentido, llama la atención, por ejemplo, la descripción que hace Jan Neruda, en los Cuentos de Malá Strana, de aquellos que, en su tiempo imitaban, en las cervecerías de Praga, el zúmbido de una mosca. "Yo he presenciado, dice, esta broma mil veces; quiero decir que en cada cervecería de Praga hay alguien que hace la mosca. .....¡Silencio! ¡Silencio! Por fin todo el mundo se calla y Loefler empieza a zumbar. Primero como si la mosca volara por el local; luego, como si chocara contra la ventana, y finalmente, como si se la metiera en un vaso, donde zumbara desesperadamente. Palmas en todas partes".
Pues bien, lo cierto es que, ya desde sus inicios, allá por el siglo IX, Praga parece estar vinculada a un sinfín de fábulas y leyendas. Así, me he enterado que por la calle Karlova, cercana al puente Carlos, pasea a veces un barbero loco que recorre esa calle, con su navaja de afeitar, rogando a los transeúntes que se dejen rasurar. También he averigüado que, por una calle vecina, (Liliová) vaga un monje joven, montado en un caballo blanco, sosteniendo su cabeza decapitada por haber violado las reglas monásticas. Hay que tener mucho cuidado, pues, su caballo arroja rayos por sus fosas nasales y de sus cascos brotan chispas. Si quieres liberarlo de su maldición debes frenar al caballo y traspasar al monje maldito con su espada. En la calle Martinská se halla la extraordinaria Iglesia de San Martín que, en la época medieval, formaba parte de la muralla que circunvalaba la Ciudad Pues bien, delante de la iglesia se os puede aparecer el alcalde que perdió su sello oficial, y después, por castigo, también su cabeza. Hay que tener mucho cuidado que el fantasma no os señale con el dedo pues eso será señal de que se os olvidará hacer algo importante, y, ello os acarraerá graves consecuencias. También nos podemos encontrar con un esqueleto de dos metros de altura que asiste a los actos solemnes de la Universidad de Carlos. La tradición popular relata que este gigantón vendió a la Universidad su esqueleto para fines científicos. Al día siguiente, despilfarró el dinero, se cayó de una escalera y se rompió la nuca. Desde entonces mendiga para conseguir dinero y recomprar su esqueleto. Cerca del templo de Nuestra Señora de Týn , y, en el día de San Bartolomeo, patrono de los carniceros, entre la medianoche y la una de la madrugada, suele aparecer aquí el espectro de un carnicero que empuña una hacha enorme. Y es que, en el siglo XVII, el gremio de los carniceros protegió la iglesia del saqueo por mercenarios alemanes. Sin embargo, uno de los carniceros no tomó parte en la lucha, al estar en un prostíbulo. Ahora, después de su muerte, enmienda lo que no hizo, protegiendo la iglesia ante los ladrones. [Fuente: Jaroslav Smrz]
Pero lo que no sabíamos es que todas estas visiones espectrales llegaban hasta el siglo XXI. Y es que, en un atardecer del mes de Julio del 2008, un grupo de amigos, que visitan Pragan, han logrado fotografiar, en una calle cercana a la Plaza Wenceslao, al espectro más espeluznante de todos: el moro de la capucha blanca. Su misión es asustar a todo aquel que se cruza en su camino. Tened cuidado no encontraros con él pues, su sóla visión, os desternillará ¡de risa!.
[Ver Fotografías de Praga]

11 ago 2008

Cicloturismo por las Fragas del Eume

Las "Fragas" son bosques en donde está presente, conviviéndo en armonía, una variedad importante de árboles autóctonos gallegos: carballos (robles), castaños, ameneiros (alisos), freixos (fresnos), abidueiros (abedules) y madroños. Mi amigo, J. Antonio Carpente, me recuerda también que, en las Fragas del Eume, hay una especie de helecho gigante que es endémico de la fraga. Por otro lado, es muy posible que si las "Fragas" del Eume no están esquilmadas ello se deba, en gran parte, a la dificultad que siempre representó explotar la madera en una zona de fuertes pendientes. ¡Benditas sean; pues, de buena nos han librado!
A las 10 de la mañana del 10 de agosto del 2008, Toni, Carpente, Buján y Yo quedamos en reunirnos en Pontedeume para llevar a cabo una ruta cicloturista por las Fragas del Eume y hacer una visita al Monasterio de Caaveiro. Los tres amigos que me acompañan viven en Pontetedeume y conocen al "dedillo" la zona. Yo, que soy un Vivariénse, que vive en Ferrol, la conozco menos, aunque recuerdo haber hecho esta ruta varias veces. Algunas en bicicleta y otras andando. En total, desde Pontedeume al Monasterio, (ida y vuelta) representa tener que pedalear durante unos 30 kilómetros.
El día no comienza bien desde el punto de vista climatológico. Momentos antes de salir comienza a llover con cierta intensidad. Nos resguardamos debajo de unos soportales, y, más adelante, en una marquesina del bus. Por lo demás, tuvimos suerte, ya que, en la mayor parte del recorrido, la lluvia apenas nos molestó. Salimos de Pontedeume en dirección al Monasterio de Caaveiro. En principio seguimos el carril-bici que existe en el paseo marítimo y pedaleámos tranquilamente por él hasta desembocar en una carretera que nos llevará al Monasterio.
Al llegar a Caaveiro nos recibe, Jesús, un amable guía del Monasterio. Más tarde nos explicará (a un grupo amplio de personas) detalles del mismo. Toni, Carpente y Buján (que, como he dicho, son de Pontedéume) también contribuirán con sus aportaciones y recuerdos (incluso sobre sus correrías de niños por este lugar) a informarnos de la historia del Monasterio.
Así, por ejemplo, nos enteramos que, durante años, el Monasterio fue propiedad de Don Pío García Espinosa, nacido en 1853 en San Cosme de Casanca, concello de Irixo (Ourense). Asentado en Pontedeume, vive en el número 21 de la calle Real. Parece que era hombre cultísimo y aficionado a la caza, que practicaba en las inmediaciones de Caaveiro, incluso en lo más crudo del invierno. En 1890 don Pío consigue que el Arzobispado le ceda el uso de la casa del Monasterio. En 1896 tiene lugar en Caaveiro la inauguración solemne del edificio restaurado. Don Pío lo acondicionará con todas las comodidades y, también, lo utilizará como una casa de campo, en la que pasa largas temporadas. Cuando muere don Pío, Caaveiro, pasa a ser administrado por su mujer, doña Cristina Novoa, y, a su muerte, acaecida en 1939, por sus hijos. A la muerte de éstos, en los años 40, un casero (que vivirá en la casa del guardés, a la entrada del Monasterio) se encargará de rendir cuentas a la viuda de uno de los hijos de Don Pío. Más tarde se arrendarán muchas de sus tierras y será, en esta época, (años 60-70) cuando se cometen los mayores expolios en el lugar (robos de piedras, de madera, destrozos múltiples, invasión de la maleza, etc). En 1986 se aprueba un expediente de expropiacion que convierte al monasterio y sus alrededores en propiedad de la Diputación de A Coruña.
Nos enteramos, también, que los primeros ermitaños que vivieron en esta zona lo hacían, posiblemente, en cuevas, y que, el lugar, se denominaba, en principio, con el nombre de Calavario, evolucionado posteriormente, a Caaveiro. Según un historiador de Pontedeume, Carlos de Castro, el nombre de Calavario probablemente provenga de la abundancia de peñas, rocas o batolitos en esta zona, identificados en latín tardío por la raíz calav. Si bien es cierto que también dice, el mismo historiador, que el origen del monasterio (siglo X) puede estar en la presencia en el lugar de numerosos anacoretas que se retiraban allí a meditar.
Se dice, también, que aquí vivió San Rosendo, y que, aunque no sea el fundador del monasterio, si parece que fue su impulsor. Cuenta la leyenda que en una noche de tormenta perdió su anillo en el río cercano al monasterio. Juró a Dios que no abandonaría aquel lugar hasta recuperarlo. Así pasó siete años de vida contemplativa, hasta que, un buen día, San Rosendo se disponía a comer unas truchas recién pescadas en las inmediaciones del convento. La sorpresa se adueñó del santo al comprobar que, en el estómago de uno de los peces, se hallaba el anillo que años atrás había perdido en las aguas del Eume.
Unha noite de tormenta
Perdéu San Rosendo o anelo
Moitos aniños despois
Tróuxollo no bico un reo.
Aunque, como dije anteriormente, ya en el siglo X, había ermitaños en este lugar; serán los agustinos, quienes a partir del siglo XII, se asentarán definitivamente en la zona. Según parece, estos monjes, de forma diferente a los benedictinos, preferían el "ORA" al "LABORA", sobre todo, si el "labora" lo realizaban otros. Lo cierto es que no pudieron escoger mejor lugar para el recogimiento y el disfrute.
En el lugar del Monasterio parece que existieron dos iglesias. Hoy solamente existe una: la Iglesia de Santa Isabel. Ésta, la que permanece, parece que servía como lugar de enterramiento de los monjes; la otra, la de San Juan, (que ya no existe), era la destinada para los actos del culto. Por cierto, el monasterio actúal tiene el nombre de San Xoan (Juan) de Caaveiro.
Visitamos también una estancia en donde existe una reja, y, bajo ella, una especie de subterráneo. No me he enterado muy bien, pero, aunque parece que tenía la función de ser un deposito del agua para el monasterio, existe una leyenda que la define como lugar de torturas. Sobre este asunto, mi amigo, José Antonio Carpente, me hace la siguiente precisión: "Lo del subterráneo efectivamente era un aljibe. La leyenda a la que se refería el guía es que eran una especie de mazmorras. Lo que no dijo el guía es la creencia de que en los espacios a los que se accede por las escaleras que estaban tapiadas (donde dijo el guía que tuvieramos cuidado con las cabezas) se torturaba a la gente echándoles aceite hirviendo por las cabezas. Ésto viene a cuento de que dichos espacios son muy estrechos (sólo cabe una persona de pie) y si le pones una puerta de hierro enrejado ya tienes el sitio perfecto para la tortura."
Visto lo escrito por mi amigo, lo cierto es que, a veces, lo mejor es estar desinformado.
Por último, en el exterior del Monasterio, no debe dejar de visitarse el precioso conjunto formado por el Molino y el Puente sobre el Sesín, afluente del Eume. Este lugar se encuentra solamente a unos 200 metros del Monasterio. Por lo demás, esperamos que la lucidez impere y sepa utilizarse este maravilloso lugar como un elemento integrador en el entorno de las Fragas.
BREVE DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
Salimos sobre la 10,30 de Pontedeume. Accedemos al carril-bici, situado en el paseo marítimo y pedaleámos, durante 1,5 kilómetros, hasta llegar a la carretera que nos conducirá al Parque y al Monasterio de Caaveiro. Durante unos cinco kilómetros pedaleámos, entre coches, por una carretera que nos va acercando al Parque. Llegamos al Area Recreativa da Xunqueira de Arriba. Un poco más adelante, divisamos el Centro de Interpretación del Parque, en donde existe un restaurante, y, lo que parece un centro de información "acristalado", pero cerrado (?). Creo que también se pueden alquilar bicicletas. Aquí es donde comienza realmente nuestra ruta cicloturista. Seguimos pedaleándo y accedemos a un Area de descanso en donde se muestran claramente dos señales que prohiben la circulación de los coches hasta el monasterio. A partir de ahora, solamente caminantes o ciclistas pueden acceder al Parque y al Monasterio. De todas formas, hay que tener precaución, pues suele circular un autobús que transporta turistas hasta cerca del Monasterio. Además, debemos tener en cuenta que algunos propietarios de fincas, que hay en las Fragas, están autorizados por la Diputación para poder transitar, en coche, en cualquier momento. ¡Ojo al dato!
Seguimos hacia delante y, a nuestra izquierda, podemos observar uno de los dos puentes colgantes, sobre el río Eume, que nos permiten acceder a la otra orilla del mismo. No se permite subir a esos puentes a más de 10 personas. Además se mueven mucho. Hay que tener mucho cuidado, sobre todo, con los niños. Más adelante, pasarémos por el refugio de pescadores Cal Grande; así como por una casita situada al lado del río. Más tarde, a nuestra derecha, podremos contemplar una pequeña cascada que desemboca en la misma carretera. Despues llegarémos a otro refugio de pescadores conocido con el nombre de A Figueira. Pedaleamos un poco más y llegamos, por fín, al puente (no colgante) que nos permitirá acceder al Monasterio. Cruzamos el puente y nos encontramos con una pequeña, pero pronunciada subida, (en el vídeo aparece filmada la bajada), que nos conduce al mismo Monasterio. Decido subir montado en la bici. Cuando me falta ya muy poco para llegar, las pulsaciones se me ponen a 165, y suena un pitido que me avisa que me estoy pasando. Decido bajarme y hacer los últimos metros andando. Llegamos, por fín, al Monasterio de Caaveiro. En total, el recorrido, representa unos 15 kilómetros (ida) por un terreno casi llano y, sobre todo, en estas fechas de verano, libre de coches. Por todo ello, haremos encantados los 15 kilómetros, de vuelta, para poder llegar, de nuevo, a Pontedeume. Al llegar a esta localidad decido seguir yo sólo por el carril-bici y acercarme a visitar un curioso árbol (del que no sé la historia) que se encuentra rodeado por una valla metálica y con una escalera en espiral que permitiría (si se pudiése acceder a él) ascender al mismo. Cuando me entere os contaré la historia del mismo. [Ver Video] [Ver Animación]

9 ago 2008

El nº 22 del Callejón del Oro en Praga

Nuestra intención era visitar Praga "pedaleándo" en bicicleta. Al final, sin embargo, la acabamos "pateando". Estamos en el mes de Julio del 2008, y, Ramón, José Antonio y Yo, hemos viajado desde Madrid hasta Praga siguiendo a uno de los hijos del primero, el cual, junto con otros dos amigos, están llevando a cabo el Mongolrally, hasta Ulan Bator. Toda una aventura que, a estas alturas, creo que ya habrán finalizado felizmente. Ellos son AulanVan3 y, desde aquí, en mi nombre, y, en el de los demás, les felicitamos.
En algún momento nuestra intención fue acompañarlos hasta Moscú. Sin embargo, disistimos hacerlo ya que no teníamos Visado. Por todo ello, nos reunímos con ellos en Praga, comimos juntos en un Restaurante , los despedimos y les deseamos suerte en su ruta a Mongolia. Nosotros nos quedamos 3 días en Praga. Nos hospedamos en el Hostal Papillón, que no está mal, pues se encuentra en el centro, aunque guarda aún reminiscencias de la época comunista, por lo que a los lugares comunes se refiere.
En uno de nuestros recorridos por la ciudad visitamos el lugar denominado como el Callejón del Oro. En este pintoresco lugar existen 16 pequeñas casas del siglo XVI. El sitio se llama así porque en ella vivían los artesanos y joyeros de la corte de Rodolfo II de Habsburgo. La leyenda, sin embargo, cuenta que el origen del nombre reside en que Rodolfo II quería tener al alcance de la mano a la crema y nata de la intelectualidad de la época, sobre todo a sus alquimistas, empeñados en descubrir la piedra filosofal y el elíxir de la vida, y lograr, así, la transmutación de los metales en oro. De esta forma, junto con los artesanos de su corte, allí fueron a parar los grandes astrólogos, astrónomos, físicos, matemáticos, médicos, alquimistas y joyeros de su corte. De estos últimos parece que es de donde se deriva el nombre de Callejón del Oro. El lugar alberga, en el de número 22, una de las casitas en donde vivió el escritor Franz Kafka con su hermana en los años 1916 y 1917. Kafka describió su casita como "tan pequeña, tan sucia, tan inhabitable, con todos los defectos posibles. Pero mi hermana insistió, y cuando marchó la gran familia que la habitaba, la hizo pintar, compró muebles de caña (no conozco sillones más cómodos), y la mantuvo como un secreto frente a la familia... De los vecinos sólo me separa una pared delgada, pero el vecino es bastante silencioso. Me subo la cena y suelo estar despierto hasta medianoche. Por otro lado, está la ventaja del camino a casa... durante el camino tomo aire que me refresca las ideas. Y la vida allí es algo tan especial, implica tener casa propia, cerrada al mundo, no la puerta del cuarto, no la de la vivienda, sino la de toda la casa; salir por la puerta directamente a la nieve de la silenciosa callejuela". (Fuente: Julián Varsavsky – Tras los pasos del señor K)
Hoy día, la mayoría de las casitas del Callejón del del Oro están convertidas en tiendas de souvenirs. Al final de la calle bajamos por unas escaleras y, cuando salimos nos tropezamos con la escultura de un hombre postrado que sostiene, sobre sus espaldas, una calavera.

[Ver Fotografías de Praga]

8 ago 2008

Bicicletas en Praga, Budapest y Viena (Un sueño no cumplido)

En el mes de Julio del 2008 he visitado, junto a otros dos buenos amigos, Praga, Budapest y Viena. En principio teníamos pensado colocar un "transporting" para bicicletas en la bola del todo-terreno en el que viajarémos. Al final no dimos con el adecuado y decidímos dejar las bicicletas en casa, aunque con la idea de alquilarlas en las ciudades que íbamos a visitar.
Al llegar a Praga no tuvimos una buena impresión en relación con la circulación en bici por la ciudad. Lo cierto es que apenas existen carriles-bici, y, además, el suelo de las calzadas suele ser adoquinado lo que hace que recorrer Praga en bicicleta no sea lo más adecuado. Visitamos, tal como puede verse en el vídeo, un lugar para el alquiler de bicicletas, pero al final decídimos, en vez de "pedalear, "patear". Y os puedo asegurar que las calorías que hemos quemado "caminando" no envidian para nada a las que quemaríamos "pedaleándo". Sin embargo, a los que amamos la bicicleta, siempre nos quedará un regusto amargo por no haber podido recorrer Praga en bicicleta.
(Bicis en Praga) ´
[Ver Fotografías de Praga]
En Budapest la situación, por lo que a las bicicletas se refiere, cambia. Aunque no existen muchos carriles-bici ( solamente los vimos al margen del Danubio ) los habitantes de Budapest utilizan mucho la bicicleta. Lo que sucede es que resulta todo bastante caótico y, según mi parecer, incluso peligroso. Los ciclistas circulan ( a veces a gran velocidad ) por las aceras, así como entre los coches. Es posible que tengan una "cultura" que les permite andar en bicicleta de ese modo, pero, al menos a mí, no dejó de sorprenderme. Por lo demás, el número de gente que monta en bicicleta es mucho mayor que en Praga. Un día, contemplando las márgenes del Danubio desde el Bastión de los Pescadores, decidímos que, al día siguiente, ( si no encontramos alojamiento en Viena ) alquilarémos unas bicis y dedicarémos el día a recorrer en bicicleta toda esa zona. Pero una cosa es "proponer" y otra distinta "disponer". Resulta que encontramos alojamiento en Viena y, por ello, decídimos que, "el día siguiente" lo destinaríamos a viajar en el todo-terreno a esa ciudad.
(Bicis en Budapest)
En relación con el uso de la bicicleta, Viena, está mucho más desarrollada que Praga y Budapest. Los carriles-bici están presentes por toda la ciudad y los vieneses utilizan la bicicleta como un medio de transporte más. Vestidos con ropa normal y con bicicletas que podríamos denominar "de paseo", turistas y no-turistas recorren la ciudad con total comodidad. Nosotros, de nuevo, decidímos, en principio, "patear" Viena, y, si nos queda tiempo, "pedalearla". Pero el tiempo no nos llegó, por lo que tuvimos que abandonar la ciudad sin poder, tampoco, recorrerla en bici. No sé si tendré oportunidad de volver algún día a estas 3 maravillosas ciudades, y, cumplir el sueño de recorrerlas en bicicleta. Sea lo que sea, las tres estarán en mi retina y en mi memoria para siempre.
(Bicis en Viena)

5 ago 2008

El Ganso que soñaba con ser Cisne

La primera vez que visité Praga fue en el año 1978. El regimen comunista "duro" imperaba en Checoslovaquia pero yo no quería verlo. En la cartera llevaba el carnet del recien legalizado Partido Comunista de España, y, por esta razón, al entrar en Praga, creía estar en el mejor mundo posible. Observo, sin embargo, algunos datos, (por ejemplo una carga contra un grupo de jovenes que estaban sentados en el centro de la plaza de la ciudad vieja, y, que, para nada, parecían "subersivos capitalistas") que me hacen dudar. Pero ésta enseguida desaparece. Recuerdo también, en un camping, haber entablado conversación con un joven checo que me miraba "horrorizado" al mostrarle, yo, con orgullo y satisfacción, mi nuevo Carnet del Partido Comunista de España. Viene a mi memoria, también, la sonrisa irónica de un policía checo cuando le enseño el mismo carnet. Pero yo no quería "ver" sino buscar afanosamente los rasgos del "hombre nuevo" que el comunismo debería traer a la faz de la tierra. Ahora, de repente, me acuerdo del Quijote en su lecho de muerte
(Praga en 1978)
Hoy, en el mes de Julio del 2008, 30 años después, visito de nuevo Praga. Nuestra intención era recorrerla pedaleándo en bicicleta. Al final, sin embargo, decidímos "patearla". Al entrar en la Plaza de la Ciudad Vieja, mi primera mirada se dirige de forma inmediata a la figura de Juan Hus en el centro de la misma. También observo el suelo, en donde contemplo, por un lado, dos cruces formadas por el entrecruzamiento de 2 espadas (¿símbolo de ajusticiamiento?); y, un poco más adelante, 27 cruces blancas. Estas parecen conmemorar el lugar en donde 27 nobles checos, tras ser derrotados en la Batalla de la Montaña Blanca por los Habsburgo, fueron ajusticiados en el año 1621. Las cabezas de algunos de ellos estuvieron, según parece, colgadas durante 10 años en el Puente de Carlos. A veces el arte sirve, también, para enmascarar y hacer más llevadero, el horror.
En noviembre de 1414, Juan Hus, acudió a un Concilio en Constanza. Allí fue detenido y encarcelado. El tribunal que lo juzga insiste en que renuncie a sus ideas, consideradas heréticas. Su herejía era la de siempre: en sus sermones, de la Capilla de Belén, criticaba la acumulación de bienes materiales por el clero, y rechazaba la creciente influencia eclesiástica en la política profana. Como no podía ser de otro modo, Juan Hus, no hizo caso de las "recomendaciones" del Tribunal. Por ello fue proclamado hereje y condenado a la muerte en la hoguera. La pena fue ejecutada el día 6 de julio en el año 1415 delante de las murallas de Constanza. Sobre la cabeza de Juan Hus fue colocada una corona de papel , con tres diablos pintados y con las palabras: "Éste es un archihereje". Antes de la ejecución fueron quemados también varios libros suyos. Luego, Juan Hus, fue atado a un palo, y, rechazando una vez más renunciar a su doctrina, fue quemado en la hoguera. Sus cenizas fueron arrojadas al cercano río Rhin, para que no quedase ni un rastro de él
Se cuenta que cuando Juan Hus conoció la sentencia del Papa que lo condenaba a ser quemado vivo, dijo: "Pueden matar el ganso (en su lengua `hus´ quiere decir ganso), pero dentro de cien años aparecerá un cisne que no podrán quemar".
Confieso que me atrae la figura de Juan Hus. Por ello espero impaciente la traducción al castellano de la trilogía de fantasía histórica, situada en las guerras husitas, y, escrita por Andrzej Sapkowski.
(Juan Hus - Praga 2008)
[Ver Fotografías de Praga]

3 ago 2008

El Hombre Colgado de Praga

Teníamos pensado alquilar las bicicletas para visitar Praga. Al final decidímos "patearla". ¡Y vaya si lo hicimos! Pues bien, un día, paseando por la calle Husova, muy cerca de la Capilla de Belén, levanto la vista al cielo y me encuentro, de pronto, con la visión de un hombre colgado de un madero por una sola mano. Aviso a mis amigos que, también, se quedan sorprendidos. Estamos en la tierra de Kafka y suponemos que, sin duda, la visión tiene un significado. En las guías que nos acompañan no se nos ofrece información al respecto. El rostro del personaje colgado me resulta familiar pero no soy capaz de visualizarlo en ese momento. Hago el comentario siguiente: es muy posible que tenga que ver con la caida del comunismo. Ya de vuelta, en España, me he informado que el personaje colgado representa a Lenin. Éste se agarra al poste, con una sola mano, y mira al vacío que se extiende bajo su pies. Su posición es crítica y, aunque se supone que está haciendo un esfuerzo para no caer al vacío, parece que la caida resulta inminénte. Posiblemente el autor nos está diciendo que el comunismo en Praga ya no tiene ningún futuro.
Según parece, la obra pertenece a David Cerný. He averigüado que este "kafkiano" escultor es el autor de otra obra, presente en el centro comercial Lucerna, en donde se representa a San Wenceslao, símbolo nacional, montando a un caballo colocado patas arriba y con la lengua de fuera. ¡Genial!
(Fuente: Martin Babic - Czech.cz)
[Otro Video en Youtube]
[Ver Fotografías de Praga]