5 ago 2008

El Ganso que soñaba con ser Cisne

La primera vez que visité Praga fue en el año 1978. El regimen comunista "duro" imperaba en Checoslovaquia pero yo no quería verlo. En la cartera llevaba el carnet del recien legalizado Partido Comunista de España, y, por esta razón, al entrar en Praga, creía estar en el mejor mundo posible. Observo, sin embargo, algunos datos, (por ejemplo una carga contra un grupo de jovenes que estaban sentados en el centro de la plaza de la ciudad vieja, y, que, para nada, parecían "subersivos capitalistas") que me hacen dudar. Pero ésta enseguida desaparece. Recuerdo también, en un camping, haber entablado conversación con un joven checo que me miraba "horrorizado" al mostrarle, yo, con orgullo y satisfacción, mi nuevo Carnet del Partido Comunista de España. Viene a mi memoria, también, la sonrisa irónica de un policía checo cuando le enseño el mismo carnet. Pero yo no quería "ver" sino buscar afanosamente los rasgos del "hombre nuevo" que el comunismo debería traer a la faz de la tierra. Ahora, de repente, me acuerdo del Quijote en su lecho de muerte
(Praga en 1978)
Hoy, en el mes de Julio del 2008, 30 años después, visito de nuevo Praga. Nuestra intención era recorrerla pedaleándo en bicicleta. Al final, sin embargo, decidímos "patearla". Al entrar en la Plaza de la Ciudad Vieja, mi primera mirada se dirige de forma inmediata a la figura de Juan Hus en el centro de la misma. También observo el suelo, en donde contemplo, por un lado, dos cruces formadas por el entrecruzamiento de 2 espadas (¿símbolo de ajusticiamiento?); y, un poco más adelante, 27 cruces blancas. Estas parecen conmemorar el lugar en donde 27 nobles checos, tras ser derrotados en la Batalla de la Montaña Blanca por los Habsburgo, fueron ajusticiados en el año 1621. Las cabezas de algunos de ellos estuvieron, según parece, colgadas durante 10 años en el Puente de Carlos. A veces el arte sirve, también, para enmascarar y hacer más llevadero, el horror.
En noviembre de 1414, Juan Hus, acudió a un Concilio en Constanza. Allí fue detenido y encarcelado. El tribunal que lo juzga insiste en que renuncie a sus ideas, consideradas heréticas. Su herejía era la de siempre: en sus sermones, de la Capilla de Belén, criticaba la acumulación de bienes materiales por el clero, y rechazaba la creciente influencia eclesiástica en la política profana. Como no podía ser de otro modo, Juan Hus, no hizo caso de las "recomendaciones" del Tribunal. Por ello fue proclamado hereje y condenado a la muerte en la hoguera. La pena fue ejecutada el día 6 de julio en el año 1415 delante de las murallas de Constanza. Sobre la cabeza de Juan Hus fue colocada una corona de papel , con tres diablos pintados y con las palabras: "Éste es un archihereje". Antes de la ejecución fueron quemados también varios libros suyos. Luego, Juan Hus, fue atado a un palo, y, rechazando una vez más renunciar a su doctrina, fue quemado en la hoguera. Sus cenizas fueron arrojadas al cercano río Rhin, para que no quedase ni un rastro de él
Se cuenta que cuando Juan Hus conoció la sentencia del Papa que lo condenaba a ser quemado vivo, dijo: "Pueden matar el ganso (en su lengua `hus´ quiere decir ganso), pero dentro de cien años aparecerá un cisne que no podrán quemar".
Confieso que me atrae la figura de Juan Hus. Por ello espero impaciente la traducción al castellano de la trilogía de fantasía histórica, situada en las guerras husitas, y, escrita por Andrzej Sapkowski.
(Juan Hus - Praga 2008)
[Ver Fotografías de Praga]

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio