30 jun 2014

Vía Verde del Préjamo

VIA VERDE DEL PRÉJAMO
[5 Kilómetros+4 Kilómetros en la Vía Verde del Cidacos]
Los días 27 y 28 de Junio del 2014 he llevado a cabo un recorrido por 3 Vías verdes: Vía verde del Préjamo, Vía verde del Cidacos y Vía verde del Río Oja. El día 26 de Junio inicio el viaje con mi amigo Ramón. Salimos por la mañana desde Galicia, y, después de recorrer más de 700 kilómetros, llegamos al bonito pueblo de Arnedillo, en la Rioja. Allí nos hospedamos en el Hotel Marrodán. Por la noche, aún nos da tiempo a dar un paseo por el pueblo y acercarnos a la antigua Estación, hoy convertida en Escuela Rural, y desde donde iniciaré, al día siguiente, 27 de Junio, el recorrido por las Vías Verdes del Prejamo y del Cidacos.
La VÍA VERDE DEL PRÉJAMO es como un afluente de la Vía Verde del Cidacos, ya que parte desde un RAMAL de ésta Vía Verde Principal, por la que discurría un antigüo ferrocarril minero que iba desde Calahorra hasta Arnedillo. Parece que el ferrocarril fue clausurado en el año 1966. En estos momentos, el RAMAL ha sido acondicionado como Vía Verde, lo que nos permite recorrerla en bicicleta y así poder visitar el bonito pueblo de Préjamo.
Para recorrer ésta corta Vía Verde del Préjamo, tenemos dos opciones: llevarla a cabo, en el momento en que hagamos la Vía Verde del Cidacos, lo que implica que deberemos añadir 15 kilómetros más a los 34 que tiene la Vía Verde del Cidacos; o bien, llevarla a cabo desde Arnedillo, como algo único y al margen del Cidacos. Yo decido llevar a cabo los dos recorrido, en el mismo día: Vía verde del Prejamo y Vía verde del Cidacos, por lo que me mentalizo para tener que pedalear durante más de 50 kilómetros.
Inicio el recorrido en ARNEDILLO, en su antigüa ESTACIÓN DE FERROCARRIL, convertida hoy en Escuela Rural y situada junto a la Piscina Municipal de este bonito pueblo. Sobre las 8’30 de la mañana inicio la marcha. A unos 200 metros del inicio de la Vía Verde del Préjamo (aunque aún dentro de la Vía Verde del Cidacos) me encuentro con el TUNEL DE ARNEDILLO, de unos 600 metros, pero bien iluminado, por lo que no es necesario el uso de la linterna, que, por otro lado, todo aquel que recorra las Vías Verdes debería llevar siempre consigo. Después de atravesar el Tunel me adentro en una zona extraordinaria de la Vía Verde. Paso por el Mirador del Buitre y me adentro en el CAÑÓN DEL CIDACOS con vistas espectaculares tanto del río Cidacos, como de los pueblos cercanos (Santa Eulalia Somera, Santa Eulalia Bajera, Herce y Arnedo). Después de pedalear durante unos 4 kilómetros me acerco al RAMAL, del que he hablado al principio y que divide en dos la Vía Verde del Cidacos. Al llegar a este RAMAL (Kilómetro 4) una señal nos indica hacia la derecha una corta pero pronunciada subida. Es el camino que debemos seguir si queremos abandonar la Vía Verde del Cidacos y recorrer la Vía Verde del PRÉJAMO. Me bajo de la bicicleta y subo a pié los 200 metros de la muy pronunciada cuesta para conectar con la VÍA VERDE DEL PRÉJAMO.  Desde Arnedillo, llevo pedaleando unos 5 kilómetros. Me interno en la Vía Verde del Préjamo. El recorrido por esta zona de la Vía Verde del Préjamo, es una maravilla, ya que la sensación de tranquilidad que transmite el medio es impresionante. Nada de ruidos ni sonidos artificiales, sino el sonido y el silencio propios de la naturaleza. El firme de la Vía Verde del Prejamo no es malo, y, aunque estamos realmente ascendiendo, por lo que debemos dar pedales, la subida es muy llevadera. Paso por el denominado Barranco de Ombillo, con otra visión extraordinaria del Valle del Río Cidacos, así como de los pueblos que antes he mencionado, aunque vistos desde otra perspectiva. Sigo la ruta hacia adelante y pronto diviso al fondo el Torreón del Castillo del pueblo de Prejamo. Pero antes de acercarme al Torreón, hago una parada en el Area Recreativa del pueblo, rodeada de pinos y con una pequeña atalaya que me permite observar de nuevo el Valle del Río Cidacos. Casi al lado mismo del Area Recreativa me encuentro con el segundo túnel de nuestro recorrido (el primero es el de Arnedillo). Este segundo túnel es el Tunel de Préjamo. Es estrecho, corto, (unos 80 metros) pero increíblemente bello por lo que disfruto atravesándolo. Al salir del túnel, Préjamo, queda a nuestra izquierda con el Torreón al fondo, y  del que sus habitantes se sienten orgullosos con toda la razón del mundo. Según me cuentan en el pueblo, el pequeño túnel, hasta el inicio de la Vía Verde, había sido ocupado por un pastor que lo había convertido en un aprisco para sus rebaños de ovejas y cabras. Ahora, lo podemos atravesar, o bien, andando, como acaba de hacerlo una buena mujer de la zona con la que he conversado un rato, y, que me ha informado de diferentes aspectos de la Vía Verde; o bien, en bicicleta, como lo estoy haciendo yo. Después de cruzar el Túnel de Préjamo, continúo la Vía Verde por un puentecillo original, por el cual, según parece, discurrió el antiguo ferrocarril minero y que se ha conservado. Es extraordinario, porque sólo tiene 6 metros de anchura y, me resulta difícil imaginar, que, por allí, pasara, en su día, el pequeño tren minero. ¡Qué lástima que no haya documentación gráfica de ese pequeño tren atravesando el puentecillo! En mi imaginación me figuro una maqueta, más que un tren real. Pedaleo durante unos 700 metros hasta llegar al Cargadero de los Palomares, en donde, según parece, afluía el mineral que llegaba desde las diferentes bocaminas. Al llegar a éste punto, la Vía Verde del Préjamo finaliza realmente. Sin embargo, es obligatorio seguir hacia adelante, por una carretera, llena de toboganes, y así poder observar las huellas de los dinosaurios en el Yacimiento de Valdemurillo, así como, descansar un rato, en el Area Recreativa de San Antonio. Pero yo no dispongo de mucho tiempo, ya que tengo que volver de nuevo al RAMAL, que separa la Vía Verde del Préjamo, de la Vía Verde del Cidacos, para conectar, de nuevo, con ella y recorrerla, lo que implica que me quedan aún unos 40 Kilómetros de recorrido.  Desde el Valdemurillo, vuelvo al pueblo de Prejamo, para acceder de nuevo a su Vía Verde. En suave descenso, y, casi sin necesidad de pedalear, y sin hacer paradas, cuando me doy cuenta estoy de nuevo en el RAMAL de la Vía Verde del Cidacos, que describiré en otro lugar.