Os días 7-8-9 de Outubro andíven polo Courel con un amplo grupo de amigos. Quedamos en xuntarnos todos en Monforte. Dende Ferrol, eu viaxo, no seu todoterreo, co meu amigo da infancia, Manuel Del Río Ferro, ata Monforte. Pola súa banda, dende Pontevedra, chegarán outros 12 mais. Quedamos en xuntarnos, nun bar situado frente ó Colexio dos Escolapios, de Monforte. Despois da xuntanza, é, de tomar algo, viaxamos, xa todo o grupo, ata Vilamor, pobo pertencente ó Concello do Folgoso do Courel. Alí, en Vilamor, na Casa Dosinda, é o lugar onde pernoctarémos, é xantarémos, ós días 7 é 8 de Outubro. Cando chegamos á Casa Dosinda, xa estamos no lusco é fusco, polo que nos acomodamos e nos preparamos para disfrutar duhna extraordinaria cea (¡atención a empanada de liscos con acelgas!, que sirven na Casa Dosinda. Unha auténtica delicatessen). Despois dos postres, da guitarra, é, dos cánticos populares entre amigos, retirámonos a descansar. Temos programado, para o día siguiente, a ruta, a pé, pola Devesa da Rogueira.
Ó día seguinte, (8 de Outubro do 2011) saímos todos en dirección ó pobo do Folgoso do Courel. Dende alí, despois de avituallarnos, saímos en dirección ó Alto do Couto onde deixamos os coches e iniciamos, a pé, o recorrido pola denominada como Ruta da Devesa da Regueira. O meu amigo, Juan Meilán, dí deste lugar que é "un espacio silencioso y solitario, inmenso bosque mágico y milenario, que nos permite pasear por antigüos senderos que sugieren tiempos remotos de cuentos y tradiciones, despensa de la naturaleza, en donde estarémos acompañados por olores a tomillo, orégano, menta y romero, mientras caminamos por un túnel arbolado a la sombra del acebo, abedúl, avellano, tejo, fresno, haya o roble". Visitamos a Fonte do Cervo, cos seus torrentes ferruginosos é curativos. Según a lenda popular, as augas da fonte, teñen poderes sobrenaturais, pois, según se dí, a súa auga blanca cura a anemia (anemia de todo tipo); é a sua auga ocre cura as enfermedades nos pulmóns. Despois de probar esas augas curativas, iniciamos unha pronunciaba baixada que nos leva ata o pobo de Moreda, onde disfrutamos dun agape ó aire libre, nun día auténticamente maravilloso.
Despois de comer, voltamos, nos coches, de novo a Folgoso, é, dende alí achegámonos a visitar Seceda, onde paseamos polas suas ruas, falamos coa xente é admiramos ás súas casas restauradas. Dende alí, voltamos, de novo, a Vilamor, para descansar na añorada Casa Dosinda.
Ó día seguiente (9 outubro 2011), despois do almorzo, abandoamos Vilamor para retornar os lugares onde vivimos habitualmente. De volta, pasamos, de novo polo Alto do Couto; facemos pequenas paradas en Ferramulín, Visuña. En Seara, tomamos un pequeno refixerio, o que nos permite probar de novo o viño, é, os productos da terra. Seguimos hacia diante. A altura de Quiroga, Manolo, é, mais eu, despedímosnos dos nosos amigos de Pontevedra, para dirixirnos, despois de facer unha pequena parada no Asador de Bamahonde, ós nosos aposentos particulares.
Los días 30 de Septiembre y 1 de Octubre del 2011 he llevado a cabo una ruta en bicicleta por la denominada como Vía Verde del Pas. La ruta consta de unos 34 kilómetros y discurre por la antigua vía ferrea que unía a las poblaciones de Ontaneda y El Astillero, pertenecientes a la Comunidad de Cantabria. Ya os adelanto que, a pesar de algunos contras, presentes en la ruta, y, a los cuales haré referencia más adelante, la Vía Verde del Pas es una auténtica maravilla. El día 3o de Septiembre salgo de Ferrol en dirección a San Vicente de Toranzo, localidad pegadita a Ontaneda. En San Vicente he reservado una habitación en la denominada como Posada del Pas. A todo el que quiera llevar a cabo esta Vía Verde, le recomiento esta Posada, pues la Vía pasa justo por detrás del Hotel y podemos acceder directamente a ella, bajando por un caminito situado detrás del mismo. Llego a mi destino, despues de un largo viaje, sobre las 4 de la tarde. Hace un día maravilloso. Tengo mis dudas sobre el recorrido. En principio, había decidido hacer la Vía Verde del Pas durante todo el día del Sabado, con ida y vuelta. Serían unos 68 kilómetros. Al final, tomo una opción de la que no me arrepiento. Decido dividir la ruta en dos partes, también con ida y vuelta. La primera parte, la llevaré a cabo en la tarde del mismo viernes, día 30. Decido ir desde Ontaneda hasta Puente Viesgo. Es la parte que describo aquí como Vía Verde del Pas 1 (Ontaneda-Puente Viesgo). Al día siguiente, 1 de octubre, subiré la bicicleta en mi portabicis Thule y me acercaré en coche hasta Puente Viesgo. Desde allí iniciaré la segunda parte de este maravilloso recorrido, (también con ida y vuelta) que me llevara desde Puente Viesgo a El Astillero. La denominaré como Vía Verde del Pas 2 (Puente Viesgo-El Astillero), y la describiré en otro momento. Paso, ahora, a describir el recorrido de la Primera Parte de la Vía Verde del Pas (Ontaneda-Puente Viesgo). Como dije al principio, existe un caminito trás la Posada del Pas, en donde me alojo, que permite acceder directamente a la Vía Verde. Accedo a una pequeña carretera asfaltda y me dirijo en bicicleta hacia la antigua Estación de Ferrocarril de Ontaneda, pues quiero iniciar la ruta desde ese punto. La estación está dedicada, en la actualidad, a sede de oficinas y está muy bien conservada. Un letrero cercano a la estación nos informa de la existencia de lo que denominan como Circuito de Ontaneda. Y es cierto. En el lugar existen varios caminos asfaltados. Uno de ellos, entra por el Parque Alceda de Ontaneda y se acerca al Río Pas que discurre al fondo....Me fijo que lleva poquísima agua....Sigo pedaleando tranquilamente y me detengo ante lo que parece ser un Monumento en honor a la Trucha. Según parece el Río Pas (hoy de capa caída) fue un río muy truchero. Al llegar a un punto, se puede observar que la carretera da la vuelta y, desde San Vicente, nos conduce otra vez a Ontaneda....De ahí, lo del circuito....Decido dar otra vuelta y disfrutar del pedaleo, pues la tarde es magnífica. Finalizada la vuelta al circuito, es fácil darse cuenta por donde discurre la Vía Verde....Unos postes en la carretera nos marcan la ruta a seguir....A mi izquierda dejo una fábrica de madera y lo que parece ser un cementerio. Un poco más hacia delante nos encontraremos con un gran Puente de Hierro, que salva el Río Pas, y, que debemos cruzar.....El puente parece que ha sido salvado del desguace y es el mismo por el que discurría el tren. ¡Impresionante! Al ir a cruzarlo, sin embargo, me llevo una desagradable sorpresa (uno de los contras de esta, por otra parte, impresionante ruta). De frente, se acerca al puente una furgoneta con uno de esos remolques que utilizan para transportar los caballos. ¡Va cruzar el puente! Me detengo y me bajo de la bicicleta para dejarlo pasar. Como el piso del puente está constituido por un entablado de traviesas de madera, el ruido que produce la furgoneta es infernal. El problema es que, a la vuelta, me volveré a topar, otra vez, con la molesta furgoneta. Comprendo entonces que transito por un tramo de la Vía Verde que es utilizada, no solamente por ciclistas y peatones, sino también por los coches. Hay que tener, por tanto, precaución por este tramo....Pero no hay que desaminarse porque las cosas irán, cada vez, a mejor..... Cruzo el puente con cuidado, porque, aunque no reviste peligro, algunos maderos tienen pequeñas fisuras y están algo abombados, lo que hace tambalear algo a la bicicleta. De todos modos, el puente es corto y no reviste ningún problema atravesarlo. Continúo hacia adelante. El piso de la Vía está asfaltado por lo uno puede pedalear a sus anchas. Tampoco hay rastro de coches. De esta forma llego a un cruce con una carretera, con muy poco tráfico, aunque hay que tener precaución al cruzarla ya que, la Vía Verde, sigue por el otro lado de la carretera. Unas flechas, pintadas en la Vía, nos lo indican. Estoy en San Martín de Toranzo. Al llegar a este punto observo algo curioso. Un árbol, situado al lado de la Vía, se encuentra podado y el hueco de la rama está pintada de verde. Letrero muy original que me da la seguridad de que voy por el camino correcto, ya que, no existe ningún otro tipo de señalización. Entro en una zona, de una belleza impresionante. El piso de la Vía incluso mejora. Paso cerca al pueblo de Santiurde (km6) y, un poco má adelante, me encuentro con una de las sorpresas más agradables de esta Vía. A la derecha, nos encontraremos con un impresionante ACUEDUCTO de piedra con el que antiguamente salvaban, para la conducción del agua del Río Pas, los desniveles del terreno. ¡Impresionante! Parada obligatoria. Por esta zona, además, uno se siente grantamente acompañado. Hileras de casitas, insertadas perfectamente en el paisaje, y, situadas a ambos lado de la Vía Verde, nos acompañan. Uno tiene la sensación de que los lugareños aceptan y respetan el deambular de ciclistas y peatones por la zona. Continúo hacia adelante disfrutando del paisaje y del pedaleo tranquilo. Hago una parada, ante una FUENTE, maravillosa, situada al lado mismo de la Vía. Un poco más adelante, a lo lejos, diviso una Torre que me llama la atención. Al llegar a otro cruce, me doy cuenta que he llegado a Soto (km9). La Torre, que divisaba, es, según parece, renacentista y pertenece al Convento de los Franciscanos del Soto. Al pié de la Torre se encuentra la antigüa estación por donde discurría el ferrocarril. Merece la pena hacer una parada en este pueblo. Sigo hacia adelante mi recorrido abandonando, de nuevo por la Vía Verde, la localidad del Soto. Un poco más adelante, recibo un pequeño sobresalto....Parece que la Vía se corta, pues una valla grande de color verde, no me perrmite seguir. Estoy ante un nuevo cruce con una carretera, en este caso, de la Penilla (1). En esta carretera hay mayor circulación de coches....Pero que no cunda el pánico.....Al llegar a la altura de la valla, observo que, al otro lado de la carretera, hay una indicación sobre la ruta que debemos seguir....Además, también, al otro lado de la carretera, existe una acera amplia por la que podemos circular hasta conectar, de nuevo, con la Vía. Sólamente queda cruzar con cuidado hacia esa acera y desembocar de nuevo en la añorada Via Verde el Pas. Entramos, ahora, en otra de los tramos más impresionantes y entrañables de esta Vía. En primer lugar, desemboco en la denominada Area Recreativa de la Pontoneta, situada justo a la orilla del río. Es un día de muchísimo calor. Los coches han accedido al area recreativa, aunque por carreteras distintas a la Vía Verde. Hay mucho gente y mucho bullicio, del que deseo escapar. En el area recreativa existen unos grandes letreros con los Logotipos de las Vías Verdes, algo que no es muy habitual en toda la ruta. Además la propia Vía adquiere como una dimensión superior....El piso está muy bien cuidado; varios postes de hierro y letreros muestran claramente que esta zona está reservada para peatones y ciclistas. Pedaleo por un asfalto rojizo y llego a la ESTACIÓN DE PUENTE VIESGO. La estación está perfectamente conservada. Se puede observar su impresionate marquesina, así como el clásico reloj que existía en la antigüas estaciones del trén....Comienzo a ponerme algo melancólico y, no sé muy bien porque, la cosa irá a más....Observo también la existencia de una antigüa locomotora a la que parece que denominaban como la Reyerta......El lugar es precioso y muy tranquilo....De repente, algo llama mi atención.....Observo, un tanto extrañado, la presencia de varios ancianos, acompañados cariñosamente, por familiares o cuidadores. Unos pasean y otros van en sillas de ruedas. Me entero que todo ello se debe a la presencia de un balneario en la localidad de Puente Viesgo, al que acuden los ancianos en busca de reposo.....Paseo, andando, por la Vía y, al pasar junto a ellos, algunos me saludan amablemente....No sé explicar el por qué, pero, de repente, me entró un bajón tremendo...Decido seguir hacia adelante. Subo a la bicicleta y continúo hacia la localidad de Puente Viesgo....Pero, los fantasmas hacen acto de presencia.....Me recuerdan que ya tento 64 años y que el momento de la auténtica ancianidad (esa que he percibido en la Estación) está cada vez más cercana. No sé tampoco porque razón acude, de repente, a mi mente el recuerdo de la figura de Delibes y la gran depresión que, según parece, tuvo al no poder ya pedalear sobre su querida bicicleta. No quiero ponerme trágico, ni sentimentaloide, pero confieso que comencé a llorar sobre la bicicleta durante unos breves momentos.....Pero, ¡Meigas, fora!.....Los fantasmas hay que alejarlos ya que suelen venir, de vez en cuando, cuando uno circula sólo durante mucho tiempo sobre la bicicleta.....El momento de la auténtica ancianidad (en el caso de que llegue) no ha hecho aún su presencia ante mí...Hay que vivir el presente y éste me permite aún pedalear, a mi ritmo, sobre la bicicleta....Me tranquilizo y, sin darme cuenta, entro en la localidad de Puente Viesgo....A mi izquierda, su Iglesia Neo-románica. A mi derecha, el Gran Hotel, dedicado al negocio de los balnearios.....Un poco más adelante, observo la existencia de un Puente sobre el Río Pas. A la derecha del puente, discurre una vía asfaltada que me atrae....Aunque no está señalizada, intuyo que es la ruta que debo seguir en esta Vía Verde del Pas....Y no me equivoco....Pero, este recorrido lo dejaré para mañana. Desde este mismo lugar partiré, el sabado 1 de octubre, del 2011,para llevar a cabo la 2ª parte de este recorrido: Puente Viesgo-El Astillero.
Los días 30 de Septiembre y 1 de Octubre del 2011 he llevado a cabo una ruta en bicicleta por la denominada como Vía Verde del Pas. La ruta consta de unos 34 kilómetros y discurre por la antigua vía ferrea que unía a las poblaciones de Ontaneda y El Astillero, pertenecientes a la Comunidad de Cantabria. Ya os adelanto que, a pesar de algunos contras, presentes en la ruta, y, a los cuales haré referencia más adelante, la Vía Verde del Pas es una auténtica maravilla. El día 3o de Septiembre salgo de Ferrol en dirección a San Vicente de Toranzo, localidad pegadita a Ontaneda. En San Vicente he reservado una habitación en la denominada como Posada del Pas. A todo el que quiera llevar a cabo esta Vía Verde, le recomiento esta Posada, pues la Vía pasa justo por detrás del Hotel y podemos acceder directamente a ella, bajando por un caminito situado detrás del mismo. Llego a mi destino, despues de un largo viaje, sobre las 4 de la tarde. Hace un día maravilloso. Tengo mis dudas sobre el recorrido. En principio, había decidido hacer la Vía Verde del Pas durante todo el día del Sabado, con ida y vuelta. Serían unos 68 kilómetros. Al final, tomo una opción de la que no me arrepiento. Decido dividir la ruta en dos partes, también con ida y vuelta. La primera parte, la llevaré a cabo en la tarde del mismo viernes, día 30. Decido ir desde Ontaneda hasta Puente Viesgo. Es la parte que he descrito, en otro lugar, como Vía Verde del Pas 1 (Ontaneda-Puente Viesgo). Al día siguiente, 1 de octubre, subiré la bicicleta en mi portabicis Thule y me acercaré en coche hasta Puente Viesgo. Desde allí iniciaré la segunda parte de este maravilloso recorrido, (también con ida y vuelta) que me llevara desde Puente Viesgo a El Astillero. La denominaré como Vía Verde del Pas 2 (Puente Viesgo-El Astillero), y es la que describo en estos momentos.
Paso, por lo tanto, a describir el recorrido de la Segunda Parte de la Vía Verde del Pas (Puente Viesgo-El Astillero).
Sobre las 9,30 de la mañana me encuentro en Puente Viesgo. Hasta aquí he llegado en coche, desde la Posada del Pas, en donde me alojo, transportando la bicicleta en mi portabicis Thule. Tengo claro por donde seguir para continuar la Via Verde del Pas, que había iniciado ayer en Ontaneda. En Puente Viesgo, al lado del puente, que cruza el Pas, existe una pequeña carretera asfaltada que, aunque no tiene señalización precisa, es la que debemos tomar para seguir con el recorrido por la Vía. Subo a la bicicleta y comienzo el pedaleo en una mañana extaordinaria. Unos metros más adelante una sorpresa muy agradable: en medio de la calzada hay unos gruesos postes de hierro que impiden la circulación de los coches. Me siento tranquilo y seguro. Sigo con mi pedaleo. Poco a poco, noto que voy bajando, pues, apenas debo dar pedales. Esto me lleva a pensar que hay que volver; aunque, lo cierto es que los desniveles existentes en las Vías Verdes (exceptuando el Puerto del Piquillo) son totalmente llevaderos..... Al menos en esta Vía Verde, lo son......Paso por debajo de varios pequeños puentes que cruzan la vía y, sin darme apenas cuenta, llego a POMALUENGO. Antes de llegar a esta localidad me llaman la atención unos grandes bloques de piedra que se encuentran colocados en medio de la Vía, con el objetivo que no la atraviesen ni coches, ni motos. ¡Genial! Al llegar a Pomaluengo, me llevo un pequeño sobresalto. Noto que la Vía se interrumpe bruscamente y percibo a mi izquierda la carretera Nº 364. Esta carretera tiene una gran intensidad de tráfico de coches y, sobre todo, de camiones.....Me pongo a la defensiva, y estoy a punto de cometer un grave error. Con la intención de alejarme todo lo más posible de la carretera y los coches, me fijo en una pequeña carreterilla que transcurre por detras del pueblo....Casi decido tomar esa dirección, que lo único que me permitiría sería cruzar el pueblo, por una carretera menos transitada, pero que me alejaría de la Vía Verde.....Menos mal que, al otro lado de la carretera nº 364, observé a un ciclista que parecía circular por una vía parecida a la que, hasta ahora, yo había seguido....Efectivamente....No hay más remedio que cruzar la carretera, y pasar a la Vía Verde que transcurre por el otro lado de la carretera. Es otro de los contras de esta Vía Verde, ya que, además del cruce, no he observado ningún tipo de señalización que te permita orientarte. Despues de cruzar al otro lado de la carretera, me incorporo de nuevo a la Vía, con un piso totalmente confortable. [Sigo el pedaleo tranquilo y, a mi derecha, observo el infierno y los hijos de Belcebú que corren a toda prisa. No es mi intención insultar a nadie, y, además, quiero señalar que yo también paso muchas horas en el infierno, aunque intento ser un hijo de Belcebú que procura respetar las señales.] Un poco más adelante, vuelve a interrumpirse la Vía Verde y me tengo que acercar de nuevo al peligroso infierno, es decir, a la carretera. [Es evidente que este tramo (y el que, más adelante, va de Sarón a Obregón) son los más peligrosos de la ruta y conviene ir con muchísimo cuidado].....Al interrumpirse la Vía, nos toca volver a cruzar la carretera de nuevo. Debemos fijarnos en un letrero que pone LA CUEVA. Muy cerca de ese letrero, haciendo una curva, veremos la ansiada Vía Verde de un color rojizo que pronto llama nuestra intención. Con mucha precaución, ya que los coches van a mucha velocidad, me incorporo a la Vía y sigo con mi tranquilo pedaleo...Al poco tiempo, llego a la PENILLA (2). Y es que hay 2 Penillas en la Vía Verde de Pas....Una la estoy cruzando hoy; la otra, PENILLA (1), la crucé en la ruta que hice ayer.....De este modo, y, siempre por la Vía Verde, cruzo la Penilla (2) y desemboco en un Parque cercano a una Estación de autobuses, en donde la Vía parece desaparecer totalmente. Estoy en SARÓN.
Al llegar a Sarón, tengo la sensación de que me han robado la cartera y de que me ha quedado cara de tonto. Y es que, de repente, la Vía Verde finaliza a la altura de una Estación de autobuses. Uno tiene la impresión de que la primera, ha desaparecido del mapa. Me encuentro en el centro del pueblo, con casas, coches, calles, gente....Parece como si la huella de la antigüa vía del trén hubiera sido arrasada y engullida por las viviendas.....Antes de preguntar, decido dar un paseo en bicicleta por Sarón, con la intención de buscar algún rastro de la Vía Verde....Tengo claro que me tengo que dirigir hacia Obregón y hacia la entrada del Parque de Cabarceno....También sé que, desde Cabarceno, parte la Vía Verde que me llevará hasta Astillero....Pero, de momento, estoy perdido en Sarón.....Observo, también, que el infierno de la 364 divide al pueblo en dos partes. Los coches y camiones no dejan de pasar....Al final, decido preguntar a los vecinos del pueblo de Sarón, que me atendieron con gran amabilidad.....Sobre esta cuestión me gustaría señalar lo siguiente: cuando preguntas a algún vecino (y ésto lo he notado en otros lugares) sobre la "Vía Verde", en principio, suelen quedarse desconcertados...No parecen conocer el nombre, y, tampoco, da la impresión de que les guste mucho el término....Prefieren hablar de "senda peatonal" o "antigüa vía del ferrocarril". Pues bien, lo mismo me ha sucedido con los vecinos de Sarón. Cuando les pregunto por dónde transcurre la Vía Verde que va de Sarón hacia Obregón, se quedan desconcertados.....Sólo reaccionan, positivamente, cuando les hablas de la antigua vía del ferrocarril, muy presente, en el imaginario popular....Pues bien, todos me dicen que la vía antigüa del ferrocarril se encuentra cerca de la estación de autobuses. Lo que sucede es que esa Vía se dirige hacia la Penilla 2 y yo quiero ir en dirección a Obregón.....No hay nada que hacer. Desde Sarón no parte ninguna Vía Verde hacia Obregón.....No tengo más remedio que salir al infierno de la 364 y pedalear entre los hijos de Belcebú. Vuelvo a repetir, que yo soy también un hijo de Belcebú que recorre frecuentemente el infierno. Y lo reconozco. Como reconozco también que, para pedalear en bicicleta, ésta es la parte más amarga del recorrido....Menos mal que entre Sarón y Obregón no existen más de 3 kilómetros.....Confieso que estuve a punto de dar la vuelta, aunque, en el fondo, sabía que eso nunca lo haría.....Me sitúo en el arcén y me pongo a pedalear en dirección a Obregón.....Coches y camiones pasan cerca y a toda velocidad....Observo que hay algunos tramos, hacia mi derecha, que se salen del arcén y que están protegidos por guardarraíles.....En un momento determinado, tomo uno de ellos...Pero es peor el remedio que la enfermedad. Piedras sueltas y, sobre todo, la gravilla casi me derriban al suelo...Vuelvo de nuevo al arcén...Sé que no hay más de 3 kilómetros hasta Obregón, pero también observo que la carretera no es llana, sino con cuestas que se suceden una trás de otra.....Para más inri, el viento da de frente. ¡Qué duro es pedalear por el infierno! De pronto, se abre un horizonte ante mí....No dejo de mirar hacia mi derecha buscando algún poste de madera o alguna señal de Vía Verde...De pronto, veo un camino que cruza un descampado y que desemboca en unos postes de madera, con señales que se parecen a las presentes en los Carril-Bici. Me dirijo hacia allí. Para mi sorpresa, observo, que el camino está asfaltado, en su mayoría, salvo un pequeño tramo. Sigo por el camino asfaltado, ésta vez, en bajada y con bastante desnivel, lo que me recuerda que tendré que subirlo, a la vuelta, en sentido contrario....Pues bien, de este modo inesperado, bajo pedaleando tranquilamente hasta OBREGÓN....En la bajada, me encuentro con otro vecino, con el que me paro a charlar un rato. Me cuenta que recuerda el paso del trén por el mismo lugar en el que nos encontrábamos. También me dice que, en dirección a Sarón, la vía continúa, únicamente, hasta un poco más arriba; pero que no tendré más remedio que salir a la carretera (algo que ya sabía) si quiero llegar hasta Sarón....Me despido del amable vecino y sigo pedaleando hasta llegar a Obregón....Recorro sus calles...Me paro ante lo que parece que fue la antigüa Estación del Trén....Más adelante, hay que dirigirse hacia una empinada rampa, con unos postes de madera, que nos informan que, por allí, únicamente pueden pasar las bicicletas. Me bajo de la bicicleta y subo andando la rampa. De nuevo, camino asfaltado, y, también, de nuevo, la confusión.....Y me explico. Sé que tengo que dirigirme hacia la entrada al Parque de Cabacerno, y pronto descubro el camino a seguir. Pero lo sé no porque haya encontrado información sobre la Vía Verde en esta zona, sino porque me he informado antes. Sucede que, en esta zona, existen varios letreros con rutas para hacer en bicicleta, pero que nada tienen que ver con la Vía Verde del Pas....Tampoco he visto, por ningún lado, paneles de Vía Verde, al modo, por ejemplo, a como existían en Puente Viesgo. Es la ceremonia de la confusión y otro de los contra, de ésta magnífica Vía Verde. La curiosidad, me lleva a probar alguna de esas rutas (antes de dirigirme a la entrada del Parque) y, la verdad, es que no le he visto mucho atractivo....Llego a bajar (despues tuve que subir) hasta un pueblo del que ni me acuerdo de su nombre....
Al final, me dirijo a la entrada del PARQUE DE CABARCENO. A la entrada del Parque, me encuentro con unas banderas que ondean al viento con el nombre de Cabarceno. También existen unos controles parecidos a los existentes en las autopistas. Y es que hay que pagar 20 euros si uno quiere entrar al Parque. Estuve dudando si entrar o no, ya que permiten acceder al Parque en bicicleta. Sin embargo, la larga fila de coches que esperaban para entrar, me desanimó totalmente, algo de lo que no me arrepiento, ya que la parte final de esta Vía Verde del Pas, es decir, la que va desde la entrada del Parque de Cabarceno hasta El Astillero, es un auténtica maravilla.....
La Vía se inicia en el aparcamiento exterior del Parque, junto a la casilla de información del tramo al que denominan como Vía Verde Astillero-Obregón. Comienzo el recorrido, claro está, por camino asfaltado y así recorro unos cuantos kilómetros en suave descenso. Una auténtica gozada. Me acompañan las laderas de Peña Cabarga, en un paisaje impresionante...De este modo, y, casi sin darme cuenta, llego a la antigüa ESTACIÓN DE LA CONCHA.....muy bien cuidada y conservada. A partir de ahora, la vía verde, discurre entre pequeñas casas habitadas. Pedaleo féliz, tranquilo y seguro. Bueno....lo de "seguro" es un decir.....Y paso a describir el porque, ni por estos parajes, puede uno ir seguro y tranquilo.....Como decía anteriormente la ruta discurre tranquilamente entre las casitas situadas a los lados de la Vía.....De pronto, en uno de esos lados, escucho un tremendo chun, chun, chun....Un grupo de chavales escucha, a gran potencia, uno de esos subwofer que colocan en los maleteros de los coches....Aunque no estoy de acuerdo con ellos, pues creo que no están haciendo otra cosa que transportar el infierno al poco paraiso que nos queda, respeto su decisión, ya que, queramos o no, ese es "su" mundo, en estos momentos. Pero lo peor estaba aún por llegar...Sigo hacia adelante, y, un poco más lejos, diviso que viene hacia mí, por el centro de la Vía Verde, con gran estruendo, y, a una gran velocidad, uno de esos Quad de 4 ruedas. Ocupa toda la Vía Verde. Me tengo que bajar de la bicicleta y echarme a un lado. El energúmeno, que no era un hijo de Belcebú, sino un Hijo de la G.P, sigue hacia adelante, sin hacer caso del grito que le lanzo en galego: ¡pero, pa onde carallo vas¡Me llevo un buen susto, y me doy cuenta que en las Vías Verdes, aunque se pedalea con mucha seguridad, no se puede, bajar completamente la guardia.
Me relajo un poco y continúo hacia adelante. Atravieso un pequeño tunel (que no necesita linterna en absoluto), pero en donde, durante unos pocos metros, desaparece el asfalto. Sigo la ruta y desemboco en la entrada de un bellísimo puente de hierro, sobre el río Solía, ya en Astillero. El color de las aguas del río me recuerdan, por su color rojizo, al de las minas de Riotinto. Me informaré. A lejos, a mi derecha, diviso un precioso puente que cruza hacia Astillerok, pero por el cual no pasa esta Vía Verde....Llego a Astillero, contento y féliz por el trabajo realizado. Por cuestión del destino finalizo la ruta de ida frente al IES de Astillero...Buen lugar para finalizar una trayectoria......
Pero toca volver......Despues de beber (hace mucho calor, pero tampoco agobiane) y comer algo, hago la misma ruta, ésta vez, de vuelta, hacia Puente Viesgo.....Estoy mentalizado, y, podeis creerme, deseoso por hacer el camino de vuelta.....En esos momentos, llevo dentro de mí, un gran cúmulo de sensaciones positivas y de recuerdos (me doy cuenta, ahora, que estoy escribiendo estas palabras, que, en esos momentos, me había olvidado totalmente del energúmeno del Quad) que necesito experimentar de nuevo el camino de vuelta. Además, ahora, ya no haré, apenas, paradas, pues el reportaje fotográfico está finalizado.....
Abandono Astillero y cruzo, de nuevo, el puente metálico....Paso por la Estación de la Concha y llego, de nuevo, a la entrada del Parque de Cabarceno....Desde allí, me dirijo a Obregón. En este caso, bajo, con mucho cuidado, la rampa de Obregón, subido en la bicicleta, y descubro (algo raro en mí) que no me he olvidado del camino que me lleva a enlazar con la Vía en la que hablé con el vecino de este pueblo....En el tramo de Obregón, toca pedalear un poco, pues el desnivel de la Vía corre en mi contra..Más adelante, sé que tengo que salir de nuevo al infierno para poder llegar a Sarón, en donde me despisto, de nuevo, y tengo que preguntar por la estación de autobuses y el parque desde donde sé que enlaza la Vía Verde, que me llevará a Penilla 2 y a la Cueva...Desde la Cueva, siguiendo el camino correcto, llegaré a Pomaluengo....Esta vez ya no tengo dudas sobre donde tengo que cruzar la carretera para conectar con la Vía Verde que me conducirá, en ligera subida, hacia Puente Viesgo. Llego a Puente Viesgo perfectamente, y, en esos momentos, me siento féliz.