29 abr 2014

Vía Verde de los Molinos del Agua

El día 25 de Abril del 2014, y, después de finalizar la Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla, en Cazalla de la Sierra, mi amigo Manuel Del Río Ferro, “Penelas” y el que escribe, Francisco Conde Núñez, decidimos dirigirnos hacia Valverde del Camino, en la provincia de Huelva, con el objeto de llevar a cabo la denominada como Vía Verde de los Molinos, con una longitud de unos 35 kilómetros, y que abarca desde Valverde del Camino hasta San Juan del Puerto. Salimos de Cazalla de la Sierra, ya finalizada la Vía de la Sierra Norte, sobre las 3 de la tarde….De las 3 rutas posibles por carretera, para llegar a Valverde, acabamos por tomar la que propone mi amigo Manolo, mucho más segura, aunque implique recorrer algún kilómetro más. De Cazalla, nos dirigimos hacia Constantina, y, desde allí, pasando por Carmona y Sevilla, por autovía, a la Palma del Condado para, desde allí, dirigirnos a Valverde del Camino, algo que, al final, haremos felizmente. En este recorrido, sin embargo, nos sucederá algo, que, durante un tiempo, he estado dudando si describir o no. Al final, como lo que nos ha sucedido puede ser de ayuda para todos aquellos que viajen con sus bicicletas en el coche, he decidido relatarlo, haciendo un paréntesis en la descripción de la Vía Verde de los Molinos….
Cuando estábamos llegando a Constantina le pido a mi amigo hacer una parada para ordenar un poco las ideas…ya que las imágenes sobre la Vía Verde del Norte de Sevilla, que acabo de finalizar, aún están en mi mente…y me gusta llevar ordenadas las cosas relacionadas con la bicicleta y la Vía Verde siguiente…..Hacemos la parada y cuando miro en la bolsa de transporte que llevo sobre el manillar de la bici,  y en donde suelo llevar la cartera, la cámara fotográfica y la linterna...observo que me falta la cartera con el dinero, tarjetas y toda la documentación. Me pongo muy nervioso. Mi amigo me intenta tranquilizar y buscamos por todo el coche, pero la cartera no aparece por ningún lado. Yo estoy seguro que la cartera iba en la bolsa de transporte del manillar de la bici. Después de reflexionar un poco, en medio del nerviosismo, me doy cuenta de lo siguiente: al finalizar el recorrido de la Vía Verde de la Sierra Norte en el Cerro del Hierro, yo había decido hacer el recorrido de vuelta en la bici. Sin embargo, antes de ello, mi amigo y yo decidimos visitar la Cascada del Hueznar, situada a unos 2 kilómetros de San Nicolas del puerto y acceder hasta allí en coche y con la bicicleta en el portabicis. Cómo eran muy pocos los kilómetros a recorrer en el coche, hasta la Cascada del Hueznar, cometo la grave imprudencia de dejar situado en el manillar de la bici la bolsa de transporte con todas sus cosas dentro. Y lo que sucedió fue que, al cruzar uno de esos vadenes que existen en algunos puntos de la carretera, para que aminoremos la velocidad, el coche tuvo que dar un pequeño respingo, abriéndose la tapa de la bolsa de transporte, y la cartera salió despedida hacia el exterior. Cuando comprendí lo que había pasado el disgusto que me llevé fue muy grande, y reconozco que si estuviera yo sólo, muy posiblemente hubiera dado la vuelta y me hubiera vuelto a casa con el rabo entre las piernas. Sin embargo, mi amigo “Penelas”, me convenció para dar marcha atrás y repetir el recorrido en el cual la bolsa de transporte viajó sobre la bicicleta en el coche. Mientras lo hacíamos yo repetí varias veces que la misión que estábamos llevando a cabo, era lo mismo que intentar encontrar una aguja en un pajar. Creo que “Penelas” pensaba también lo mismo, pero, sin embargo, no dejaba de repetir que ”había que facelo”, ya que, a veces, ocurre el MILAGRO….Llegamos ,de nuevo, a la Cascada del Hueznar, viajando despacio y observando sin parar la carretera. Nada de nada. La cartera seguía sin aparecer. A los que estéis leyendo estas líneas os avanzo, sin embargo, que el final de todo, el episodio será feliz….y ocurrirá el MILAGRO. Pero sigamos….Dada ya la cartera por perdida decidimos, por un lado, llamar a los bancos emisores de las tarjetas para solicitar que las bloquearan, y, por otro, hacer la denuncia de la desaparición de la cartera en el Cuartel de la Guardia Civil. Como en San Nicolas del Puerto no había Cuartel tuvimos que acercarnos a Constantina, que si lo tiene. Aparcamos frente al Cuartel y, mientras mi amigo realiza la denuncia, yo salgo fuera y llamo a mi Banco para informar del extravío de la tarjeta y solicitar su bloqueo. Y, cuando le estoy dando mis datos personales, surge el MILAGRO. La chica que me está atendiendo me informa que, un Policía Municipal de San Nicolas del Puerto, (que no tiene Cuartel de la Guardia Civil, pero si Policía Municipal) les ha llamado para informar que, en la carretera que atraviesa San Nicolas del Puerto, una chica ha encontrado una cartera con mi carnet de identidad, dinero y varias tarjetas. Me quedo de piedra y, por supuesto, aliviado. Retiramos la denuncia en la Guardia Civil y volvemos de nuevo a San Nicolas del Puerto. Preguntamos por el guardia municipal y nos acercamos a su casa. El policía nos confirma la noticia y nos informa que tiene la cartera en su poder en el ayuntamiento. Nos cuenta que una joven del pueblo la encontró tirada en la carretera y se la entregó. A su vez, el policía informó a mi banco de la perdida y éste bloqueó inmediatamente la tarjeta. Además, el policía averigüó que yo tenía perfil en Facebook, y me envió un aviso. Como en la cartera no encontraron mi  teléfono, no pudieron ponerse en contacto conmigo directamente. Me entrega la cartera y final feliz. Yo, además de estarles muy agradecido, he aprendido la lección de que, aunque sean unos pocos metros, nunca deberían dejarse las bolsas de transporte en el manillar de la bici, mientras ésta es trasladada en un coche. Y, ahora, continúo con la descripción del recorrido de la Vía Verde de los Molinos….
Ya más relajado, tanto yo como mi amigo, seguimos nuestro camino, pues, además de la buena suerte que hemos tenido, no llegamos a perder mucho más de horas en todo el episodio que acabo de describir. Esto nos permite llegar a Valverde del Camino aún siendo de día. Allí nos hospedamos en el Hotel Montearoma, situado en el centro del pueblo. Antes de irnos a descansar aún nos da tiempo de dar una vuelta por el pueblo, tomar algo y recordar los tiempos lejanos en los que estuve impartiendo clases en el Instituto de Valverde.
Al día siguiente, después del desayuno, inicio el recorrido de la Vía Verde de los Molinos, en lo que antiguamente fue la Estación de Valverde del Camino y que hoy acoge el Conservatorio de Música de la localidad. Desde ahí comienzo a pedalear, aún dentro del mismo pueblo, hasta llegar a un cruce con la carretera, en donde dejo a mi derecha una escultura con el emblema de ésta localidad: un gran Boto de los que se fabrican en Valverde. A partir de aquí una clara señalización nos muestra la vía verde que debemos seguir, y que transcurre paralela a la carretera que conduce a Beas,  Trigueros y San Juan del Puerto, y que observaremos a lo largo de todo nuestro recorrido, ya que la Vía Verde discurre casi todo el tiempo al lado de la carretera nº 435. Los primeros 12 kilómetros, partiendo desde Valverde del Camino, de esta Vía Verde son una auténtica maravilla, tanto por el asfaltado de la Vía como por el entorno. El problema es que, en los restantes kilómetros, el abandono al que está sometido la Vía es una verdadera pena. Pero de ello hablaré más adelante. Como decía, el recorrido de los primeros kilómetros de la Vía Verde de los Molinos del agua,  es una auténtica maravilla, ya que pedaleamos entre pinos y con un firme asfaltado que da gran seguridad, El día, además, es de auténtica primavera del Sur. Cuando llevo pedaleando unos 6 kilómetros me voy acercando hasta la zona conocida como LOS PINOS, en donde, además de una gran aglomeración de éstos árboles en la zona, muchos Valverdeños tienen allí su segunda vivienda. Yo mismo, que he trabajado en un Instituto de Valverde, durante 2 años, he tenido allí uno de esos chalecitos, y, que, evidentemente me acercaré a ver, para comprobar que aún sigue allí en pié, algo que me emocionó profundamente. Pero sigamos. Un poco más adelante, nos encontramos con una gran PASARELA ELEVADA a través de la cual podemos cruzar en bicicleta la transitadísima carretera nº 435, lo cual es un gran acierto, ya que cruzar esta carretera sin ella, representaría un gravísimo riesgo para los ciclistas. Por todo ello, me pregunto cómo es posible que, después de este gran esfuerzo para llevar a cabo esta Vía Verde, uno se lleve la sorpresa desagradable de encontrarnos, a partir de ahora, con una Vía Verde totalmente abandonada. Después de cruzar la Pasarela elevada, dejamos la carretera nº 435 a nuestra izquierda. Hasta el kilómetro 12, la Vía Verde sigue siendo lo mismo de buena, pero, a partir de este momento, comienzo a notar que el asfaltado de la Vía comienza a desaparecer, con grandes baches, gravilla suelta, socavones, etc. Aunque el paisaje y el medio siguen siendo una maravilla, uno se ve obligado a hacer malabarismos con la bicicleta ya que los baches obligan a ir de un lado a otro de la Vía con el objeto de esquivarlos, lo que me incomoda enormemente. De este modo, después de pasar por el Area Recreativa de la Fuente de la Corcha (Kilómetro 15), me voy acercando al lugar en donde en su momento estuvo la Estación de Beas en el Kilómetro 21 de mi recorrido. De la Estación de Beas, sin embargo, no queda resto alguno, aunque las viviendas de la zona, por las que atraviesa la Vía Verde, tienen cierto sabor ferroviario. Sigo hacia adelante, con un firme de la Vía totalmente descuidado, y, después, de  recorrer 4 kilómetros más, llego a la altura de Trigeros (Kilometro 25), en donde cruzaré por una zona de chumberas, que llaman mi atención. Al abandonar las mismas diviso a lo lejos un grupo de chalets, lo que me indica que estoy entrando en Trigeros. El firme sigue siendo nefasto. Además, la Vía Verde aún nos tiene reservada una sorpresa, por cierto, no muy agradable. Al entrar en Trigueros, observo, aunque ya iba sobre aviso por lo que había consultado antes sobre el recorrido, que la Vía Verde desaparece como tal, y es obligatorio entrar en Trigueros, [de repente, me acuerdo de Sarón y de los hijos de Belcebú, de la Vía Verde del Pas], ya que éste pueblo se ha comido la Vía y la Estación se halla “sepultada” entre las nuevas viviendas. No tengo más remedio que preguntar para no pedalear en balde. Un lugareño me dice que siga todo recto, después de pasar bajo un puente. Le hago caso y sigo pedaleando, pero un poco más adelante me encuentro con la carretera cortada por un grupo de atracciones de feria colocadas en medio de la misma. Tengo que bajar de la bicicleta y cruzar entre los cachivaches, hasta llegar a un grupo de casitas blancas, en donde la fachada de una de ellas nos muestra dos letreros (bastante difíciles de observar) en donde uno señala que estamos en la Calle de la Estación y otro nos indica el Camino natural de los molinos de agua, por donde sigue discurriendo ésta Vía Verde de los Molinos. En este lugar, me encuentro de nuevo con mi amigo Penelas, que me sigue en el coche dándome seguridad, sobre todo, Psicológica, porque el pedaleo tiene que hacerlo uno mismo. Estamos en el kilómetro 28 de nuestro recorrido. Sólo falta 7 para llegar al final de la ruta. Los últimos 7 kilómetros de la Vía Verde de los Molinos del Agua, hasta llegar a San Juan del Puerto, son un verdadero desastre en lo que se refiere al firme de la Vía. La capa de asfalto ha desaparecido por partes, y, al no haber sido reparado, los baches aparecen por aquí y por allá. Incluso hay zonas en donde sólo quedan ligeras filas de asfalto con socavones a los lados, lo que hace, incluso, peligroso circular en bicicleta. Creo que eso es lo que explica que la mayoría de los ciclistas que he visto pasar, decidan circular por los arcenes de la peligrosa carretera nº 435. Una verdadera pena. Finalmente, con la acumulación de este tipo de sensaciones encontradas, porque el medio natural y el día son espectaculares y, a pesar de todo, me siento feliz sobre la bicicleta, me voy acercando al final de la Vía Verde en San Juan del Puerto (Kilómetro 35) que, además, finaliza en un lugar bastante deprimente, es decir, cerca de un puente sobre el que pasa la Autovía A49. Mientras tanto, yo esperaba finalizar en una bella Estación de Ferrocarril de estilo Neomudejar, que según parece, (mi amigo Penelas se acercó hasta allí en el coche), está en la otra esquina del pueblo, y a la que, claro está, la Vía Verde no accede. Por todo ello, no me extraña que en el letrero que anuncia esta Vía Verde de los Molinos….alguien, indignado y frustrado, haya escrito sobre el mismo “Vía Verde Abandonada.” Una pena, porque el recorrido en sí es maravilloso. http://animoto.com/play/l14bicsxSjUICERuivSXhw


28 abr 2014

Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla

Hace poco he decidido llevar a cabo un recorrido en bicicleta por una antigua vía ferroviaria por la que un día transitó un tren minero en plena Sierra Norte de Sevilla…Según parece la riqueza mineral de sus montes, situados junto al pueblo de San Nicolás del Puerto, en plena Sierra, llamó la atención de los ingleses que adquirieron derechos de explotación en los finales del XIX…Para dar salida a la producción minera tendieron un ferrocarril que seguía el cauce del Río Hueznar y que, a su vez, enlazaba con otra cercana línea de tren. El recorrido era de unos 15 kilómetros y se dedicó exclusivamente al transporte mineral…por lo que nunca tuvo servicio de viajeros ni de otras mercancías que no fueran las propias de la mina….Según parece, en los años 70, este ferrocarril dejó de funcionar….En la actualidad ya no pasan los trenes, pero si lo pueden hacer ciclistas y caminantes en lo que se denomina como VIA VERDE DE LA SIERRA NORTE DE SEVILLA, y, sobre la que intentaré describir el recorrido ciclista que he llevado a cabo.
El día 24 de Abril del 2014, mi amigo de la infancia, Manuel Del Río Ferro, Penelas” y el que escribe, Francisco Conde Núñez, salimos con la bicicleta a hombros del Portabicis Thule, anclado en la bola de mi coche, en dirección a Cazalla de la Sierra, con el objeto de iniciar allí la denominada VIA VERDE DE LA SIERRA NORTE DE SEVILLA….Eran las 9 de la mañana cuando salimos de la Coruña….Después de un viaje tranquilo, ya, al atardecer del día 24, en un día algo nublado, (al día siguiente hará un día de primavera maravilloso), llegamos felizmente a Cazalla de la Sierra y allí nos hospedamos en el Hotel La Posada del Moro, un lugar altamente recomendable….Al día siguiente, 25-abril-2014, amanecerá un día esplendido dominado por la luz típica del sur….Después de un buen desayuno, mi amigo “Penelas” me acerca en el coche hacia el inicio de la Vía Verde, en la Estación de Ferrocarril de Cazalla-Constantina, y situada a unos 6 kilómetros de Cazalla….Después de cruzar un paso a nivel y atravesar un puente que cruza la carretera A 455, y por debajo del cual discurre el río Hueznar, llegamos al Area Recreativa Isla Margarita desde donde iniciaré esta extraordinaria Vía Verde….De todos modos, hay que señalar que la propia Vía Verde no se inicia aquí, sino 5 kilómetros más adelante….En el Area Recreativa, en donde estamos, comienza lo que muchos denominan como un Corredor Verde, que nos acerca a la Vía Verde propiamente dicha. Ello implica que durante 5 kilómetros deberemos pedalear, dejando el Río Hueznar a nuestra izquierda, por una especie de pista forestal, con gravilla, pero entre un bosque de encinas y pastizales que hace el recorrido muy agradable y que no debería perderse todo aquel que decide llevar a cabo esta Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla….Dos cosas, sin embargo, llamaron mi atención en éste pequeño recorrido por el Corredor Verde…En primer lugar, el gran número de vacas que pacen tranquilamente a un lado y otro de la pista y en donde podemos encontrarlas agrupadas en medio del corredor y paciendo tranquilamente…Ya sabemos que las vacas no son agresivas como los toros, pero si impredecibles pues, cuando se asustan, puede parecer que van a cruzar para un lado, pero lo hacen para el contrario…Por lo tanto, hay que tener cuidado…Yo, en un momento, me tuve que bajar de la bicicleta pues una de ellas, al asustarse, dió un giro inexperado, salió corriendo y casi me lleva por delante…En segundo lugar, debemos ir atentos, pues el recorrido no está todo lo bien señalizado que debería…En un momento del recorrido llegamos a un cruce en donde debemos estar atentos a la señal que nos informa por donde debemos seguir para llegar a la Vía Verde propiamente dicha….Pues bien, superados éstos pequeños obstáculos, sigo pedaleando y, después de recorrer unos 5 Kilómetros llego a otro puente muy bajito por el que discurre el Río Hueznar. Un letrero nos avisa con un ¡Peligro vado inundable!…ya que, sin duda alguna, en momentos de crecida del río, el puente debe ser materialmente engullido por las aguas...De todos modos, en los momentos en que llevo a cabo ésta Vía Verde, no hay peligro alguno, sino todo lo contrario ya que el lugar en el que me encuentro, es maravilloso y tranquilo….Después de hacer una pequeña parada y disfrutar del lugar, sigo hacia adelante para pasar por el denominado como el Cordel de las Merinas, en donde dejaremos un pequeño túnel que no debemos de cruzar, sino seguir hacia adelante para desembocar en la Vía Verde…ya con un firme asfaltado por el que disfrutar al máximo pedaleando en bicicleta….Al llegar a este punto, observamos que hacia la izquierda continúa la vía verde durante unos 100 metros para llegar a un tramo cerrado y sin posibilidad de continuar. Según parece, la idea fue la de intentar unir este tramo con la estación ferroviaria en activo que vemos un poco más lejos, con lo que podría llegarse al tren con la bicicleta, bajar del mismo y comenzar a pedalear ya en la Vía Verde...Pero sólo es un proyecto…Me olvido de todo esto y sigo mi camino hacia la derecha haciendo caso a la señalización que, en éste caso, nos indica que el Cerro del Hierro, hacia donde me dirijo se encuentra a 14,5 kilómetros….Ahora el firme es magnífico y el medio natural extraordinario con el cauce del Hueznar a nuestro lado, así como encinas y alcornoques sobre nuestras cabezas….Después de pedalear durante un kilómetro llegamos a un cruce con la carretera que va a San Nicolás del Puerto…Un poco más adelante, nos encontraremos con un Puente de madera construido expresamente para la Vía Verde, y que cruza el Hueznar. Estamos en la zona más emblemática de ésta Vía Verde.…y en donde grandes letreros nos informan sobre la flora y fauna del Bosque de la Rivera…Sigo pedaleando y disfrutando, aunque ahora iniciando un breve ascenso con rampas de un 2’5 por ciento…que no son duras para los ciclistas y caminantes, pero que, según parece, si lo eran para las locomotoras de vapor de la época…Durante el recorrido me encuentro con cruces de caminos que atraviesan la vía e incluso en uno de ellos con letreros que nos informan que, al lado de la Vía Verde hay un Restaurante y también un Camping..…Yo sigo hacia adelante sin hacer el menor caso a los letreros…..Me faltan 10 kilómetros para llegar al Cerro del Hierro...Un poco más adelante, encontraremos, a los lados de la vía, varias Construcciones Asociadas al antiguo Ferrocarril, sobre lo que nos podemos informar leyendo los letreros que nos hablan de ello…De esa forma, paseniño, paseniño….llego a la altura del único Túnel de esta Vía Verde…Se llama el Tunel de los Molinos…Sólo tiene 114 metros y, claro está, no está iluminado ni necesita del uso de la necesaria linterna que todo aficionado a recorrer las Vías Verdes debe llevar consigo….Cruzo el túnel sin problemas…y, a lo lejos ya diviso San Nicolás del Puerto…Estoy el kilómetro 16 de mi recorrido…Dejo a mi derecha el Cementerio Civil del pueblo, y, 3 kilómetros más adelante llego al final de ésta maravillosa Vía Verde, es decir, al Cerro del Hierro….en donde me encuentro con mi amigo que me está esperando pacientemente y leyendo El Sueño del Celta de Vargas Llosa…En el Cerro del Hierro, además, de los restos de las explotaciones mineras, destaca la Capilla indudablemente británica, que se encuentra en un maravilloso estado de conservación, y que destaca en el paisaje como un elemento foráneo pero totalmente integrado….Por último, visito las casitas blancas, denominadas como las Casas de los Ingleses….y, las calizas kársticas del Cerro…He llegado al final de la Vía Verde....Después de descansar un rato, decido volver al punto de partida pero en bicicleta...sin prisa pero sin pausa, pues ya no tengo que parar para sacar fotografías, algo que ya he realizado....El viaje de vuelta es una gozada....Un poco más tarde, me encontraré con mi amigo Penelas en el Area Recreativa Isla Margarita, punto de partida de ésta recomendable Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla.